Los requerimientos y los retos que hoy tenemos son inmensos, la crisis del coronavirus ha agudizado para algunos las sensación de inseguridad e insatisfacción, acompañado a veces con estrés laboral. El equilibrio natural entre las dos ramas del sistema nervioso autónomo, simpático y parasimpático (acción y freno) se desequilibran. Hoy en día es un hecho comprobado por los diferentes estudios que el estrés pude ser detonante o agravante de diferentes patologías. Lo podemos considerar una plaga de nuestro tiempo y que afecta a un mayor número de personas.
La terapia antiestrés permite ofrecer a cada persona un tratamiento específico para conectarnos con lo que realmente somos y recuperar el contacto con nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra intuición, logrando así una mejora tanto física como psíquica.
El estrés que nos puede lleva la situación que estamos viviendo, la mala alimentación o la vida sedentaria afectan negativamente a la producción de serotonina y ,por tanto, a nuestra salud y bienestar. Mantener la serotonina alta nos va a ayudar para sentirnos con energía y buen ánimo.
“La serotonina, también conocida como «hormona de la felicidad» es un neurotransmisor. interviene en la creación del sentimiento de satisfacción y mejora la capacidad para soportar la tensión diaria. Una serotonina baja puede participar junto con otros factores desencadenantes en las subidas y bajadas del estado de ánimo características de los trastornos depresivos. La serotonina baña todo el cuerpo, se encuentra en el cerebro, en la sangre y en el sistema gastrointestinal”.
(Fuentes: Alberto Panizo, Cuerpo Mente/ Marta León)