Tratamientos
Tratamiento para el Dolor de espalda
Tratamiento para el dolor de espalda: columna, pelvis y terapia craneosacral
El tratamiento para el dolor de espalda es hoy una necesidad creciente en una sociedad cada vez más sedentaria. Nuestra columna vertebral, formada por 33 vértebras interconectadas mediante discos de cartílago y sostenida por ligamentos, es una obra maestra de ingeniería biológica. Su diseño proporciona equilibrio entre resistencia y flexibilidad, pero también es uno de los puntos más vulnerables del cuerpo humano.
Los problemas en la espalda, la zona lumbar y la pelvis se han convertido en uno de los males más frecuentes de la vida moderna. Ya sea por posturas inadecuadas, estrés acumulado o falta de actividad física, cada vez más personas sufren tensiones crónicas, contracturas y molestias que afectan su calidad de vida.
Desde la perspectiva de la osteopatía craneosacral, estos desequilibrios pueden abordarse con técnicas suaves y profundas que ayudan a liberar las restricciones físicas y energéticas del cuerpo, restaurando su alineación natural y aliviando el dolor de manera efectiva.
Tenemos recientemente dos datos muy significativos:
El 80 % de la población occidental sufre dolor de espalda
Las molestias lumbares son la principal causa de discapacidad
En el mundo, por encima de las enfermedades cardiovasculares.
El área lumbosacra es especialmente vulnerable a fuerzas compresivas y de estrés: caídas muy comunes en la niñez, accidentes, el parto, problemas neuromusculares, el sobreuso del cuerpo en el deporte o trabajo, las causas posturales, la vida sedentaria de la vida moderna y hasta problemas emocionales…
“Un reciente estudio publicado en Annals of the Rheumatic Diseases (revista especializada del British Medical Journal) señala que la lumbalgia —inflamación de la zona que rodea a las vértebras lumbares— es la enfermedad más discapacitante de todas: la que provoca más bajas laborales y de mayor duración.”
En el tratamiento para el dolor de espalda mediante Terapia Craneosacral, se aplican técnicas de desbloqueo muy suaves y precisas sobre la zona lumbar y las caderas. Entre ellas, la descompresión L5-S1, la liberación fascial de los planos transversales del diafragma pélvico y la descompresión sacroilíaca. Todas estas técnicas contribuyen a restaurar el equilibrio natural de la pelvis y aliviar tensiones profundas.
Ida Rolf, creadora del método Rolfing, se refería a la cadera como “la articulación que determina la simetría”, ya que cualquier desequilibrio en esta zona puede proyectarse hacia las piernas o hacia el tronco, afectando a toda la postura corporal.
Ayudar al cuerpo a recuperar ese equilibrio es uno de los objetivos fundamentales tanto de la Terapia Craneosacral como del Rebalancing, pilares efectivos dentro de un enfoque integral de tratamiento para el dolor de espalda.
Un aspecto clave que abordo en otro artículo es el papel de la fascia, esa gran olvidada en muchas técnicas de la fisioterapia clásica, pero esencial dentro de un enfoque efectivo de tratamiento para el dolor de espalda.
El cuerpo humano funciona como una unidad integrada: todos los sistemas están interrelacionados y dependen entre sí. Esta conexión se establece, en gran medida, gracias a la fascia (en singular), es decir, el conjunto de estructuras de tejido conectivo que envuelven, sostienen y dan forma a todas las partes del cuerpo: huesos, sistema musculoesquelético, órganos, vísceras, así como los sistemas nervioso y circulatorio.
Todas las estructuras fasciales se originan a partir de la misma capa embrionaria y están conectadas entre sí, lo que asegura la unidad funcional del cuerpo. Con el término fascia nos referimos a cualquier membrana de tejido conectivo cuya función principal es aportar soporte, cohesión y estabilidad a órganos, músculos, vasos sanguíneos, huesos y al propio sistema nervioso.
Comprender y liberar las restricciones fasciales es una parte fundamental del tratamiento integral para aliviar el dolor de espalda y restaurar el equilibrio postural desde la raíz del problema.


La fascia se origina en la hoja embrionaria del mesodermo, la misma que da lugar a todos los tejidos del cuerpo, a excepción de la piel y las mucosas. Este tejido conectivo está presente en todos los niveles del organismo: no solo envuelve músculos, órganos, nervios y vasos, sino que penetra en su interior, formando su matriz estructural y su soporte funcional. Es, en esencia, la arquitectura invisible que moldea la forma anatómica, omnipresente en el cuerpo, excepto en la célula, que flota en su sustancia fundamental.
La fascia comienza como un envoltorio superficial que se ramifica y profundiza hasta integrarse en las capas más internas. Su influencia es tan amplia que cualquier restricción en ella puede generar desequilibrios, molestias e incluso dolor crónico.
En disciplinas como la Osteopatía Craneosacral y el Rebalancing, el trabajo sobre la fascia es clave dentro del tratamiento para el dolor de espalda. Al liberar las tensiones fasciales, se actúa directamente sobre las causas estructurales del dolor, mejorando la movilidad, reduciendo la inflamación y restaurando la armonía del sistema musculoesquelético de forma profunda y duradera.